Delante de su
Hijo
la Madre
Dolorosa,
su rostro es
cobijo
su mirada
misericordiosa.
Pórtico de la
Gloria
este Domingo de
Pasión,
la más bella
historia
de fe y devoción.
Mientras el
Cachorro expira
en el altar mayor,
ante Patrocinio
se suspira
con infinito
fervor.
Besadas son sus
manos,
sus ojos son
dulzura,
misericordia para
el cristiano
que le observa
con ternura.
No llora la
Señora
con su Hijo en la
Cruz,
pues se acerca la
hora
para que Él sea
nuestra Luz.
Luz de la
Resurrección,
luz de eterna
vida,
pues tras la
Expiración
la muerte será vencida.
Espera el amor
maternal
que llegué el
tercer día,
cuando la promesa
celestial
se cumpla,como
dijo la profecía.
Foto Nuria Iglesias Casademunt
Texto Jara