La claridad y la
hermosura
se contemplan en Pureza.
En su rostro la
belleza,
el Betis siente
su dulzura.
Quiere el vecino
río
ver de nuevo a la
Esperanza
y su caudal de
alabanza
besa la orilla
con señorío.
Aguas del inmenso
Guadalquivir
que quieren ser
marineras
y a la Madre
Alfarera
cantan con solera
su sentir.
En el puerto un
navío
que ora a su
Capitana.
Soleares por
Triana
con devoción y
tronío.
Contempla la Cava
Trianera
de nuevo su
rostro moreno.
Ella es el aire
sereno
de la eterna
primavera.
Foto; Iván Sánchez Cardeña
Texto; JanRoc