La mesnada del mar, reunióse en tropel,
picando las espuelas, dieron todos en él;
no quisieron matarle, tuvieron pena de él
y, junto con los suyos, le apresan en cordel.
Trajéronlos atados, para que no escapasen,
ante la vencedora, antes que se librasen;
mandó doña Cuaresma que a don Carnal guardasen
y que a doña Cecina y al tocino colgasen.
Vino después un fraile, para le convertir,
comenzó a amonestarle, de Dios a departir;
con ello, don Carnal tuvo de qué sentir
y pidió penitencia, con gran arrepentir.
Texto Libro del Buen Amor del Arcipreste de Hita
Foto Jara
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