Una de la Madrugá
en la Plaza de San Lorenzo,
la multitud espera ya
que llegue el comienzo
de a Jesús acompañar
en su sufrimiento.
En su Mayor Dolor
va cargando con su Cruz,
y camina el Señor
tras los hermanos de luz,
van andando con fervor
en este rincón andaluz.
Poco a poco en su paso
camina por Sevilla
con el ruido escaso
de las alpargatillas,
un silencio trazo
que a todos maravilla.
Numerosas las velas
que van encendidas,
promesas sinceras
de toda una vida,
que las mujeres llevan
por sus familias.
La Saeta en el balcón
llega a estremecer
cantada con devoción
y para enternecer,
hecha toda oración
al Señor del Gran Poder
Foto Jara
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