La procesión de la Virgen de los Reyes es el culto principal
de los que se celebra en Honor de la Patrona de Sevilla, pero la novena y los
besamanos nos dejan también hermosas estampas dignas de contemplar.
La historia que traemos hoy se produjo el día 4 de agosto
cuando una persona tras acudir a misa en el Buen Suceso y saludar a los Padres
Carmelitas se dirigió hacia la Santa Iglesia Catedral para acudir por vez
primera al besamanos de la Virgen de los Reyes, la cola llegaba desde el
interior de la Catedral, a la que se accedía por la Puerta de Palos hasta la
Fuente de la Plaza.
En el momento que se pone en la cola y sin darse cuenta una
persona conocida llega con su hijo pequeño en el Carrito, la casualidad hacen
que se encuentren y se pongan en la cola justo en el mismo momento, el Padre
quiere sacarle a su hijo una foto justo en el momento en que el pequeño esté
delante de la Virgen, será entonces el bautizo del pequeño Leandro en los besamanos
de la Virgen.
Se accede a la Catedral y el niño algo inquieto tiene ganas
de quitarse los zapatos, casi lo consigue, la cola avanza rápido el Padre coge
a su hijo en brazos y camina los últimos metros.
Llega el momento, pero la persona que lleva la Cámara tiene
que volverla a encender tras apagarse esta de forma automática, la enciende y
es entonces cuando capta la estampa del pequeño extendiendo su bracito hasta la
mano de la Virgen, es el momento en el que se pasa una devoción de Padre a Hijo.
La estampa se ha sacado y van saliendo de la Catedral, las
Estrellas empiezan a iluminar el cielo de Sevilla , la Giralda luce imponente y
soberana, hermoso cuadro para dar un paseo antes de volver a casa..
Leandro sigue jugando con el zapato, ahora no lo sabe pero
cuando pasen los años y vea la foto comprobará que es un momento especial, el
momento del inicio de una devoción que transmitida de generación en generación
perdura en la memoria de los tiempos.
Puede que algún día Leandro recite este poema:
Mi Padre me
llevó
un día a un
besamanos
a ella me
presentó
mientras yo
acariciaba su mano.
Valga la historia del
pequeño Leandro para hacer ver como la devoción se va transmitiendo y como
desde pequeño gracias a las familias
tenemos el inicio en una devoción y unos valores tan necesitados hoy en día.
Agradecer a Juanma, a Rosario y a Estrella el permiso para la
fotografía, la verdad esta estampa es el
inicio de algo muy hermoso que debemos tener en cuenta.
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