Quiso llevar la apuesta hecha con otro vividor de la alta
nobleza, aquel Sevilla del Siglo XVII era aún la Puerta de las Indias y allí se
vivían escenas románticas y no tan románticas.
El Galanteo estaba a la orden del día y los encuentros de
espadachines en las Calles eran todas las noches frecuentes.
En este caso y ante la presión del alguacil y sus corchetes
el encuentro se celebro en uno de los cuartos de la Cárcel Real, allí fue donde
aquel año aquellos dos hidalgos se fueron a encontrar, ambos pertenecían a la
nobleza de la ciudad y ambos habían servido bien en los tercios Flandes o bien
en los de Nápoles, estaba por disponer quien más tropelías había hecho durante
el último año, se fueron poniendo las cartas sobre la mesa y ambos estaban muy
parejos en sus andanzas, por donde habían pasado estragos habían ocasionado,
muertes engaños a mujeres, robos incluso sacrilegios pues uno de los dos había perpetrado una de sus
acciones maquiavélicas dentro de un Convento con una novicia.
Pero mientras se celebraba el velatorio de un conocido
rufián que había asestado con su daga varias puñaladas a un corchete, sucedió
algo inesperado se presentó allí una mujer diciendo que en un cementerio
cercano a la Cruz del Rodeo habían
enterrado los restos de un Marqués con todos sus tesoros , así mismo como un
testamento con el que dejaba en herencia todo su patrimonio a la persona que
descifrara un acertijo, que debería empezar en su tumba el día de los fieles
difuntos, pero la condición era esa solamente una persona podría acceder una sola
persona y que entre los que quisieran ganar aquella herencia no podría
cometerse delito de sangre.
La picaresca se puso en marcha y uno de ellos gano la
partida creando una historia acusando al otro ante el Santo Oficio por robo.
Iba concluyendo todos los Santos y se acercaba el día de los
fieles difuntos, tal como había dicho la mujer una persona accedería a aquel Camposanto para buscar la primera pista, el
truhán se acercó a la tumba fue a leer el epitafio, cuando de repente le dieron
con un objeto metálico en la cabeza, empezó a
soñar y soñó que las ánimas de
aquel lugar le perseguían y así estuvo soñando bastante tiempo, cuando despertó con el dolor, los corchetes
estaban allí y la persona de la tumba estaba presente, se trataba de un
comerciante al que había robado años atrás dejándolo en la ruina, esta persona
tuvo que emigrar a las Indias y volvió de nuevo con una inmensa fortuna, al
enterarse que aquel calavera había vuelto decidió hacerle una emboscada y así
lo consiguió , cayó en la trampa y no le quedo mas remedio al Calavera que bien
ingresar en una orden mendicante o acabar el resto de sus días en las galeras,
para no manchar el nombre de su familia el truhán decidió hacer el bien
entregándose a los demás y así fue ayudando a las personas necesitadas.
Texto Jara
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