Como se perdieron
en Mayo muchas cruces,
tantas desaparecieron
con sus hermosas luces.
Barrios y plazas con alegría
de verlas se llenaban,
en convivencia y armonía
todo el mundo participaba.
Plenitud de la primavera
que las calles recorría,
devociones con solera
y encuentros de poesía.
Muchos niños aprendieron
en ellas a ser costaleros,
y otros muchos crecieron
adorando al Santo Madero.
Eran días de ilusión
de pequeños y mayores,
ojalá vuelva la pasión
por las cruces y sus flores.
Texto Jara
Foto Jara
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