Nunca falta su templanza
en los peores momentos,
Ella es la Esperanza
que alivia el sufrimiento.
Cuando acecha el temporal
durante nuestra travesía,
con su amor maternal
hace de Faro y Guía.
Al ver nuestro llanto
nos regala su ternura
cubriéndonos bajo un manto
de cariño y de dulzura.
Cuando llega el dolor
a nuestro corazón,
nos cuida con su amor
devolviendo la ilusión.
A la Celestial Señora
traigo esta alabanza,
pues ni en las peores horas
me faltó la Esperanza.
Texto Jara
Foto Jara
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