Tarde noche en los albores del otoño en Gibraleón, este
sábado de estival aún quiso ser un delante de la próxima estación, lloviznas
durante todo el día. Si bien con el ocaso la tarde abrió para dejar paso a una
noche agradable.
Se abrieron las puertas de la Iglesia del Carmen, antigua
capilla del que fue el primer Convento Carmelita de España y salió el Señor de
la Sangre en su Setenta y Cinco
aniversario a bendecir a su pueblo, hermosa la estampa con el atardecer y con
los últimos rayos del sol saludando la salida del Cristo de su Iglesia . Los candelabros guardabrisas daba una nueva
imagen al paso haciendo la estampa aún más bellas.
Comenzó la procesión dejando nuevas imágenes y fue buscando
el Señor el ayuntamiento y la Ermita del Cristo de la Guadaña, sede de la
Hermandad del Rocío de Gibraleón.
Una vez pasada la ermita el Señor fue buscando la parte alta
del pueblo, recorriendo las Calles donde más hermanos tienen la Hermandad.
El olor a incienso perfumó la noche olontense, sus calles y
sus plazas, una nueva imagen el Señor avanzando entre las altas palmeras de las
Plazas de Santa Cruz, Santa Ana o los Leones y la imagen del Señor recorriendo
la Calle Manuel Siurot con sus naranjos.
Quedaba la Calle Rufa Rosado para volver a su Casa donde ya
su Madre la Virgen de la Soledad esperaba, la procesión iba llegando a su fin acompañada de la melancolía de lo que
va concluyendo.
El Señor entró en la Iglesia y la cuenta atrás para un nuevo
Jueves Santo se puso en Marcha, para Gibraleón quedará en el recuerdo ese
sábado de Septiembre con aromas de Jueves Santo donde los olontenses y
visitantes acompañaron con devoción al Alcalde Honorario y perpetuo de la
antigua Villa, El Cristo de la Sangre.
Felicitar a la Hermandad por su buen hacer y a las personas que han colaborado para que los
olontenses hayamos podido vivir estos hermosos momentos. Enhorabuena .
Texto Jara
Foto Jara
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