Deja el Señor de Pasión una huella, la deja en el corazón
tras haberlo visitado y haberle rezado una oración.
Cuatro de Siglos de Historia cumple esta bella imagen,
cuatro siglos guarda la talla en su
memoria.
Desde el Convento Mercedario, hoy Museo de Bellas Artes
hasta la Colegial del Salvador el Señor ha contemplado el paso del tiempo, las
modas que van y vienen, pero una cosa no ha cambiado, ese Sentimiento que hacia
Él se tiene.
Y sigue cumpliendo su Misión Cuatrocientos años después de
ser gubiado. La Misión de atender y confortar al corazón necesitado.
La tarde hoy en calma, las noches serenas , los pájaros en
los arboles del patio cantan haciendo la visita más amena.
Él siempre allí , Él en su lugar nos espera, sea cual sea el
templo o Capilla en el que durante Siglos ha estado, a su pueblo amado Dios
hecho madera siempre ha esperado.
Hermosa su estampa a pesar del tormento de Cargar con la
Cruz de nuestros pecados, estampa para el sentimiento por muchos a lo largo de
los años admirados.
El Señor de Pasión es un sentimiento, el Señor de Pasión es
orgullo de una Ciudad, el Señor de Pasión es el camino de la Verdad, un rostro
a la vez humano y divino que nos espera en ese camino.
Pero sobre todo el Señor de Pasión en estos cuatro Siglos ha
dejado su huella, la Huella de Martínez Montañés que con su devoción y para la
devoción creó a Jesús de la Pasión , Cuatro Siglos que de forma especial se
puede contemplar estos días de forma especial en el Salvador, y merecerá la
pena contemplarlo como merece la pena contemplarlo cualquier día porque si
existe una talla de Nuestro Señor que es casi la perfección esa es el Señor de la Pasión.
Foto María del Pilar Pérez Gómez
Texto Jara
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