Estampa con
encanto
de añoranza y
melancolía,
tanto en el Pozo
Santo
como en Santa
Rosalía.
En lugares de
recogimiento,
la Virgen está
dormida,
celestiales los
momentos,
María Reina de
vida.
Esos lugares en
calma,
que invitan a la
oración,
celebran en
cuerpo y alma
el día de la
Asunción.
La Señora del
Cielo
su Tránsito ya
espera,
dejando en
nuestro suelo
la eterna
primavera.
Duerme la Virgen
María
entre rezos de
veneración,
la fuente de
nuestra alegría
se acerca a su
Asunción.
Foto: Antonio Barrera
Texto Jara
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