Da igual el calor
de esa mañana de
verano,
una cola de
fervor
para su primer
besamanos.
Sevilla besa a su
patrona
en la Capilla
Real,
el pueblo se
emociona
al entrar en la
Catedral.
Antes de la
primera novena
este culto ha
llegado,
ha merecido la
pena
el tiempo que se
ha esperado.
La Virgen, su
cercanía,
el pueblo, su
devoción,
la perfecta
armonía
entre alegría, fe
y emoción.
La cuenta ha
comenzado
para esa mañana
estival
donde el pueblo
emocionado
vivirá su procesión
anual.
Texto Jara
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