En el antiguo
Convento,
día de los
Dolores Gloriosos,
se viven con gran
sentimiento
unos instantes
hermosos.
Ante el Calvario
Carmelita,
La Virgen de los
Dolores,
la Madre del
Nazareno bendita
recibe el regalo
de las flores.
Es un besamanos
muy especial,
su Hijo está
siendo restaurado.
Su Templo
Parroquial
otro año sigue
cerrado.
Allí, a lo
lejos, el pozo
y la bautismal
visigoda
en este día de
gozo,
con cariño,
recitan una oda.
Recitan a la
Virgen María,
a su Dolores
Nazarena.
Entonan una humilde poesía
para que no
sienta la pena.
Foto; Adrián Cruzado
Texto; JanRoc
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