De las Ánimas Benditas
la Virgen es protectora.
Con su Escapulario Carmelita
nos protege la Señora.
Las cubre bajo su manto,
Reina de Mares y Cielo.
En su rostro el encanto
la alegría y el consuelo.
A Ellas hoy las oraciones,
a Ellas misas sabatinas,
los recuerdos y emociones
de las almas peregrinas.
Ella vence a los tormentos
y es Ancla de cristianos.
Ella sofoca los lamentos
dando al alma siempre la mano.
Al Cielo desde el Purgatorio
guía a las animas la Capitana.
Tu triunfo es notorio
Madre del Cielo Soberana.
Imagen y Texto; JanRoc
1 comentario:
¡Que cara más perfecta madre mía!
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