La soledad del Terrón,
silencio en Nueva Umbría.
El Piedras con devoción
reza el Ave María.
La mar océana y el río
ahora tienen un respiro.
Pero brisa
con poderío
lleva de ambos un suspiro.
El suspiro de lo pasado
en aquel marismeño convento
que hace poco ha contemplado
de nuevo su mayor sentimiento.
Ruinas que en mayo florido
se llenan de alegría.
Lepe, con amor, ha ofrecido
a su Patrona la romería.
Ángeles de Nuestra Señora,
Bella es su advocación.
Recuerdos la ermita atesora
en el sosiego del Terrón.
Texto e Imagen ; JanRoc
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