El día antes de Santa
Ana
y también de San
Joaquín
las procesiones
carmelitanas
van llegando a su
fin.
Es una estampa
diferente,
se da en la
serranía.
La Virgen con su
gente
en un estupendo
día.
Distinta es la
titular,
sin niño y
embarazada,
una talla muy
particular
por un gran
maestro gubiada.
Así se siente el
Carmelo
entre calles
empedradas,
acercan al cielo
esas cuestas
empinadas.
Desde el Templo Parroquial
vuelve la Virgen
a su Ermita,
hermosa imagen
que es final
del Julio
Carmelita.
Texto y Foto; JanRoc
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