A un mes
para ver el barrio engalanado, de nuevo serán las seis de la mañana del Lunes Santo, en San Ignacio la noche ha sido
larga para que todo esté preparado.
Pronto
llegarán los operarios de la limpieza con la maquinaria para la preparación de la Avenida.
Empezará
poquito a poco el movimiento en el barrio, gente que viene y va, las tiendas
que se abren para vender los refrigerios para la jornada y el pan, para el
largo caminar de la jornada.
En los pisos
se empiezan a preparar las cosas, el traje de nazareno que colgado estaba,
recibe el último planchado.
En otras
habitaciones se preparan las mochilas para que durante el largo caminar de la
jornada no vaya a faltar nada.
Todo está
preparado , habrá personas que antes de colocarse su traje de nazareno darán
una vuelta para estirar un poco y templar los nervios.
Mientras
algunas personas caminan otras hacen los recados , pronto en los balcones
empiezan a aparecer las telas damascos.
Todo
comenzará y los costaleros irán llegando , también aparecerán los primeros
nazarenos , nazarenos que llegan a casa
de sus padres y sus abuelos.
Se va
acercando la hora, y las puertas de la Parroquia de San Ignacio de Loyola se abren para
que entren los hermanos que vana
realizar la Estación
de Penitencia a la Santa Iglesia
Catedral.
Serán los
momentos más largos , el tiempo de espera, mientras hay oraciones y plegarias,
los cirios se irán entregando y el cortejo se irá formando.
El
sentimiento diario de un barrio hacia unos titulares se vuelve flor de
primavera en la mañana del Lunes Santo, sentimiento que se llaman Jesús Cautivo
y Rescatado y Nuestra Señora del Rosario
Doloroso.
Un mes para
sentir el corazón de un barrio obrero, que cada Lunes Santo se engalana con
emoción y esmero.
El gran día
poquito a poco se va acercando, de momento con el gran día para la Hermandad y el
Barrio, San Pablo ya va soñando.
Texto Jara
No hay comentarios:
Publicar un comentario