martes, 4 de febrero de 2014

La Esencia de una Devoción.





Fría y gris tarde de febrero en Madrid, una mujer joven se dirige a la Parroquia de Santa Cruz, amenaza lluvia la atmósfera pero ella bajo su paraguas sigue caminando hacia el templo.

Al entrar a la luz de las velas se encuentra con los titulares de la Hermandad, el Gran Poder y la Esperanza Macarena, nombres que le recuerdan a las devociones de su tierra, tierra que tuvo que dejar por la necesidad de encontrar un trabajo que en su ciudad y en los alrededores no había.

Fue complicado dejar la luz de la Tierra de María , fue complicado dejar la figura de la Giralda y la belleza de la Torre del Oro, fue complicado alejarse del Guadalquivir y del Puente de Triana.

La última foto de la Ciudad fue la de la estación de Córdoba y el tren avanzando por los ándenes atestados de gente que esperaban a familiares o bien para coger el tren a sus distintos destinos.

Poco era el equipaje y en su cartera poco era el dinero pero mucha la devoción, allí junto a las fotos de sus familiares llevaba fotos de sus devociones, la del Señor del Gran Poder y la Esperanza Macarena, donde fuera allí Ellos le acompañarían.

Llegó a la Capital de España tras un largo viaje de más de doce horas en tren, allí ya le esperaba una amiga que había hecho el mismo camino un año antes y que ya estaba trabajando.

Muchas fueron las lágrimas en la estación de tren madrileña, la persona que le esperaba le llevó inmediatamente al sitio donde viviría y le explicó como sería su trabajo.

El lunes empezó con su trabajo en un taller de textiles y allí se encontró a Ellos, ellos le hacían la jornada más llevadera, allí estaban su Gran Poder y su Esperanza Macarena junto a la Virgen de Guadalupe, ya que eran también mucho los extremeños que allí trabajaban.

Una tarde un grupo de personas le invitaron a asistir a una noche flamenca en la Casa de Andalucía, se preparó  y salió con los que eran ya sus nuevos amigos, la vida seguía estaba en contacto con su familia a través de Cartas y alguna llamada telefónica incluso iba juntando algo de dinero para que sus padres le visitaran en la Capital de España.

Pero antes pasaron por la Parroquia de Santa Cruz  y allí se encontró con los Titulares de una Hermandad, cual fue su sorpresa al ver que el nombre de aquel Nazareno era el de Jesús del Gran Poder y el de la Dolorosa la Esperanza Macarena, una inmensa pena le llenó el alma al escuchar los nombres de su Tierra, pero la pena duró poco porque el alma se llenó de alegría al saber que esa Hermandad fue fundada años atrás por personas que habían realizado su mismo camino y que con la devoción que llevaban desde su Tierra decidieron crear una Hermandad y que sus titulares fueran El Gran Poder y la Esperanza Macarena, estaban muy lejos de su Tierra pero su devoción les hacía estar cerca, pues allí tenían a su Señor y a su Esperanza.

Aquellas imágenes empezaron a formar parte de su vida, devoción que le ayudaba a ser más feliz día a día a pesar de la dureza de su vida, pero deseaba que llegaba los Viernes para acercarse a aquellas tallas para que la añoranza de su tierra fuera menor.

La esencia de una devoción siempre se transmite, de Padres a Hijos, de abuelos a nietos y de las personas que un día tuvieron que  ir a otro sitio para ganarse la vida , dejaron atrás muchas cosas, pero no la devoción y su devoción les hizo crear nuevas hermandades con Titulares que son devoción de otras personas.

Texto Jara




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