Es tarde noche
agosteña
con un sabor
especial,
la Parroquia ya
sueña
con la ofrenda
floral.
Hasta el templo
parroquial
van llegando las
flores
para su Madre
Celestial,
la Virgen de los
Dolores.
Septiembre es
anhelado,
el septenario y
la procesión,
el mes más esperado
con toda la ilusión.
El Castillo, la
Fuente,
la Plaza, su
Cruz,
esperan ya
impacientes
ver su hermosa
luz.
Santiago, testigo
fiel,
de bellos
acontecimientos
a la parroquia
mira el Odiel
con devoción y
sentimiento.
Foto Adrián Cruzado / La Manigueta
Texto Jara