lunes, 24 de diciembre de 2012

¡Feliz Navidad!





Cuando la “Señá Santana”
Cantaba la nana a su nietecillo
Como le sonreiría
Mientras se dormía el dulce chiquillo
Y cantarían con ella
La luna, la estrella y los pajarillos.
Un ángel que vuela y rompe a cantar
Para que la abuela no pierda el compás.
Y así nacería por aquellos días, la nanita nana
Así todavía se canta en Triana.
¡Ay nana nanita!
¡Ay nanita nana!
Canta la abuelita Señora Santa Ana
Y con voz muy queda guitarra y campana
Corre por Sevilla la nanita, nana.
Sobre el pecho de la abuela
Hecho de canela el niño ha “dormío”
Mientras su nana le canta
También a la santa el sueño ha “rendío”
Y un ruiseñor al mirarla
Por no despertarla se vuelve a su “nío”
Un ángel que vuela y rompe a cantar
Para que la abuela no pierda el compás.
Y así nacería por aquellos días, la nanita nana
Así todavía se canta en Triana.
¡Ay nana nanita!
¡Ay nanita nana!
Canta la abuelita Señora Santa Ana
Y con voz muy queda guitarra y campana
Corre por Sevilla la nanita, nana.
Nana, nana ¡ay la nana!
Nana, nana de la Señora Santa Ana.

jueves, 20 de diciembre de 2012

La Llama de la Esperanza.




Como cada año por las fechas del Besamanos de la Esperanza volvió a la Calle Pureza,la lejanía impedía que pudiera ver a la Virgen más veces durante el año.
Atrás quedaron aquellos años en los que vivía en la Ciudad de Sevilla y cada Madrugá de Viernes Santo acompañaba a su Señora durante su Estación de Penitencia,emotivo era el paso por el Puente con los faros de los buques iluminando al Palio de la Esperanza.
Eran tiempos de mucha necesidad,pero siempre estaba la Virgen  para atender las súplicas y recibir las oraciones de las personas que allí acudían con fe.
Un día tuvo que partir con su marido al extranjero para buscarse la vida pues la necesidad hizo que fuera la única solución que les quedaba.
Partieron con mucha nostalgia y mucha pena de dejar atrás su tierra y a sus seres queridos pero no les quedaba otra opción y hacia Alemania partieron,llevando su devoción por la Esperanza en una foto.
En su nuevo destino a aquella foto la pusieron en un marco y debajo del marco le pusieron una vela que era la Llama de la Esperanza,ante ella invitaban a orar a las personas que su humilde casa en Alemania visitaban,a los otros emigrantes españoles que trabajando allí también se encontraban.
Llegaba la Madrugá de Viernes Santo y allí delante de la imagen de la Virgen se ajuntaban para compartir sus experiencias y para en la lejanía recordar el rostro moreno de la Esperanza Marinera.
Fue pasando el tiempo y fueron creciendo las familias,a las nuevas generaciones a esos niños nacidos en otro país le fueron inculcando los valores que trajeron de su Tierra,conforme iban creciendo más ganas tenían de conocer a aquella imagen de la fotografía que tanto veneraban sus padres y así fueron viniendo en Semana Santa para presenciar en persona la belleza de la Esperanza.
Pero como el paso del tiempo es inexorable y aparte de las alegrías trae los sufrimientos y las penas , las enfermedades,las muertes de familiares,pero aún así siguieron poniendo aquella vela a la foto de la Esperanza traída tanto tiempo atrás,ya que era Ella la que les daba fortaleza y Esperanza para salir adelante en los momentos más duros.
Y allí estaba otra vez como cada año acompañada en su visita anual por un hijo o por una nieta,con una fe tremenda , mientras esperaba en la cola para besarle la mano .Y siempre llevando en su corazón la llama de la Esperanza,esa llama y esa luz que siempre están para dar calor en los momentos más fríos.
La historio enseña que por muy duro que sean los momentos que vivimos y por más dificultades que tengamos siempre tenemos que tener Esperanza y luchar por aquello que tanto queremos de una forma noble y loable,sí así lo hacemos la Esperanza nos iluminará el camino a Puerto Seguro.

Texto Jara
Foto Jara

domingo, 16 de diciembre de 2012

Sentimientos de Esperanza. La Divina Enfermera. Por Mª del Buen Fin Madroñal López.




Hoy estuve muy cerca de ELLA, y muy bajito le dije : “Me piden que escriba sobre ti, pero ¿Qué les digo para que entiendan y comprenda que es amarte?” y parecerá una tontería pero era como si sonriera y me dijera : “ Abre tu corazón, tu mejor que nadie me conoces, pues juntas superamos enfermedades, te mostré como soy desde tu eras niña, y me amas desde entonces; ¿Qué temes? Si hoy cuando escribas estaré contigo”.  Y la verdad es que si miras alrededor ELLA está aquí en un cuadro, en una foto en mi móvil, en mi cartera, en la cabecera de mi cama y en el mejor sitio que pueda estar… mi corazón.

            Comprendí que era la Esperanza siendo yo niña hace ya mucho tiempo…recuerdo de ver a mi madre pedirle, rezarle y rogarle que le diera fuerzas para poder superar una enfermedad. Hace ya mas de 20 años de eso… y aquí sigue rezando por otros; otros fueron a pedirle (por estas mismas fechas), un hijo ya que ella no podía concebir , y hoy después de mucho tiempo ese niño nació y es un hombre… he visto mujeres postrarse ante sus pies besarle la ropa  con un simple ramo de flores para darle gracias por la recuperación de su hija…. He visto muchas cosas, todas ellas grande, historias bonitas que te conmueven el corazón que gracias a ellas son vidas que continúan….

            Por eso hoy después de verte tan de cerca, tan íntimamente, tu y yo… frente a frente, tus ojos y los míos, tus manos y las mías…. Como expreso los sentimientos que me mueves en el corazón , lo que me haces sentir cuando voy a buscar consuelo en ti? ¿ Cómo lo expreso? Para que cuando otros lean esto sientan lo mismo que yo?.... Solo os puedo pedir una cosa …

 Ir a San Martín en estas fechas , cuando en su mano lleva el “Ancora”, símbolo de esperanza; cuando su mano la tiende a todo aquel que se acerca, cuando en su vientre tiene la Expectación . Esa “O” bentida, cuando ante la soledad de San Martín ella esta allí esperándote, con sus ojos serenos y su mirada al frente. ¡Mírala! Rézale! Porque ella te escucha.¡ Pídele! que te lo concederá; porque ELLA es la  ESPERANZA  la más bella, la que alivia el sufrimiento, porque ella es bendita entre todas las mujeres, porque en su seno en estas fechas lleva un lindo pasajero, que baja desde de la altura por caminos y senderos, Bendita esa criatura porque es el  rey de los cielos!!!!.

            Por eso ELLA es MI ESPERANZA, MI DIVINA ENFERMERA, la que todo lo puede, la que siempre espera, la que siempre brilla,  cuando todas las puertas se cierran faro que me GUIA para tener un BUEN FIN de llegar a buen puerto que siempre fueron sus ojos….. TU MI ESPERANZA ETERNA!!!!!


 María del Buen Fin y su familia tienen una gran devoción a la Divina Enfermera,su padre fue Mayordomo cuando la de la Divina Enfermera  era una Hermandad de Gloria.En la actualidad su Madre es la Camarera de la Virgen y Ella y su hermana son las Camareras del Niño.La verdad sus palabras me han emocionado,el texto es precioso.Agradecer estas Hermosas palabras a María del Buen Fin.Muchísimas gracias.                                                                 

sábado, 15 de diciembre de 2012

Sentimientos de Esperanza. Ntra. Señora de Gracia y Esperanza. Antonio Rodríguez Buzón





A compás la cera llora
cuando viene de regreso,
quedando en el aire preso
todo el grito que le implora.
Su luz el rostro le dora
dibújandolo en sonrisas,
y al dejar Caballerizas
los blancos muros rozando,
una voz le va cantando
al son de los guardabrisas.
 
Cuando sigue caminado
bajo estrellas cristalinas,
a compás las bambalinas
sin querer van redoblando;
también la va acompañando,
la luna clara, el lucero,
la oración del nazareno,
una saeta gitana,
y un repique de campana
sin que toque el campanero.


Qué más se podría decir de estos hermosos versos que aparecieron en el pregón más maravilloso de todos cuanto Sevilla ha contemplado.

viernes, 14 de diciembre de 2012

Sentimientos de Esperanza. María Santísima de la Esperanza Macarena. Por Ángel Hérnandez Torres





Hay fechas que se quedan grabadas en nuestros corazones y que nos acompañan para el resto de nuestros días. Las sensaciones que uno llega a sentir o a percibir, alcanzan tal naturaleza que convierten esos momentos irrepetibles en pasajes que permanecen firmes en la memoria y que se hacen presentes cada día para recordarnos quiénes somos, de dónde venimos y por qué un día, una tarde, rodeado de hermanos y gente querida, uno adquiere lo que para alguno puede ser una “marca o una moda”, mientras que para mí es parte indispensable en mi proyecto personal de vida.

Cuando te arrodillas ante los Textos Sagrados y juras cumplir las Reglas de la Hermandad de la Macarena, no es un ritual estatutario el que se lleva a cabo. ¡Todos nacemos macarenos! Habrá quien piense que ésta es una afirmación gratuita propia del fanatismo religioso o devocional que a muchos se nos asigna. Pero nada más lejos de la realidad. Por María, por Nuestra Esperanza, por su intercesión infinita, vamos al encuentro de Su Hijo, el Salvador, que tras ser Sentenciado a muerte, resucitó por todos y cada uno de nosotros. Y junto a Él, nuestro corazón se va tiñendo día a día de ese verde único, de un verde Esperanza, que sólo los que hemos escuchado su llamada, somos capaces de poner en valor el carisma macareno. Tras la dulce y misericordiosa mirada de Nuestro Padre Jesús de la Sentencia, están los ojos de la Madre, que desde su Camarín de Gloria está atenta a todas y cada una de las peticiones, de las jaculatorias y oraciones que le hacemos a su Hijo. Las bodas de Cana de Galilea están presentes cada día para Nuestra Esperanza, quien desde su admirable condición de humildad y discreción, y con el único protagonismo que el de ser la Madre de Dios, nos entrega su Amor sin condiciones.

De este modo, este macareno llega a alcanzar la felicidad por medio de la fe, de la devoción, del cariño y del compromiso por y para unos Sagrados Titulares y para una hermandad que me invita a la oración, a la caridad, a la evangelización… Y que una vez al año, en la noche más maravillosa para los cristianos, quien tiene el honor de escribir este post, se siente el ser más privilegiado del mundo.

Nuevamente es Ella la que se ofrece. Ella te elige, te llama, te pide… pero no cómo lo hacemos nosotros cuando tenemos un problema, o cuando el dolor hace mella en nuestro corazón. No, las llamadas de la Macarena son siempre dones, concesiones y, por qué no decirlo, milagros. ¿Verdad mi querida Claudia?

Y así, por obra y gracia de Nuestra María Santísima de la Esperanza Macarena, me convertí en “sus pies” tras seis o siete años desplazándome a Sevilla para hacerme con un hueco en la mejor cuadrilla de costaleros de la Semana Santa hispalense. Año tras año constataba las dificultades que entrañaba tal propósito y año tras año regresaba sin que mí ansiado deseo se viera cumplido. Pero siempre me quedaba la satisfacción de compartir unas cuantas horas con mis hermanos macarenos y la certeza de que cuando Ella quisiera habría un sitio esperándome. Y un día tuve la fortuna de encontrarme entre los elegidos  para optar a la única vacante producida, la cual era pasaporte para escuchar el golpe del llamador del dragón herido que cada Madrugada de Viernes Santo golpea Antonio Santiago cuando llama a sus costaleros del palio de la más Grande, la más Hermosa, la Reina de las Reinas, la Madre de Dios,… la Esperanza, Nuestra Esperanza Macarena.

Junto con otros siete hermanos acudí la noche del viernes 20 de Febrero de 2009 al primer ensayo de los establecidos tanto para el paso de misterio como para el palio. Ensayo que venía  precedido por la “igualá” que determinase quien de los citados siete sería el elegido, el “ungido” con las yemas del capataz, para completar la cuadrilla. Y Ella convirtió su Esperanza, mi Esperanza, en la realidad más difícil de narrar, de contar, de describir. Siempre me habían dicho: “Si Ella quiere, serás su costalero”. Y quiso. La voz de Antonio Santiago diciendo: “y en cuarta entra…”, provocó que los ojos del resto de los costaleros y de los allí congregados se clavaran en mi, dándome testimonio de que efectivamente, pese a mi incredulidad, estaba dentro.

Para un cofrade, para un macareno, para alguien que siente y vive la afición al mundo del costal como algo intrínsecamente ligada a mi persona, la Madrugada del Viernes Santo comienza un mes antes con los ensayos, en los cuales debes estar por y para la hermandad, para la cuadrilla y, especialmente, para Ella. Cada uno de los cuatro ensayos desembocan en ese momento en el que el listero te hace entrega del “trabajo” y  junto a tus compañeros te pones a los pies de tus Sagrados Titulares para agradecerles todo lo que cada día hacen por ti, por tu gente, por tu vida. Y también, justo es decirlo y reconocerlo, para hacer un ejercicio de humildad y de reconocimiento de que uno no siempre está a la altura de lo que Ellos requieren de mí.

Que cada madrugada es única y diferente, es algo que no voy a descubrir yo. Realizar la Estación de Penitencia con Nuestros Titulares es algo que muchos esperamos a lo largo de todo el año. Pero, desde unos cuantos para acá, existe en mi vida otra madrugada tan especial o incluso más, que la vivida en la Semana Santa.

Dentro de pocos días bajará de su camarín para ser honrada y venerada por miles de devotos y devotas de todas las partes de Sevilla, de España e incluso del mundo. Es visita obligada a Sevilla para mí, pues las fechas próximas a la Navidad tienen un significado concreto. Amén de residir unos días junto a mis hermanas y hermanos macarenos, de pasear por las plazas y calles hispalenses, de contemplar los belenes que hermandades y asociaciones montan con admirable esmero,… hay algo que está marcado en rojo en mi almanaque particular: pasar una noche en Vigilia con la Santísima Virgen de la Esperanza Macarena.

Cuando apenas se han cerrado las puertas de la Basílica,  el 17 de diciembre, víspera de su festividad; cuando el silencio se adueña del barrio macareno; cuando la oscuridad se impone a lo largo y ancho de sus calles,… un rayo de luz, cual estrella de Belén, brilla con luz propia desde el interior del templo. Ella está allí, Ella es la que nos espera.

Su rostro revela el cansancio de toda una jornada, pues cientos de devotos se han postrado a sus pies, han besado sus manos, le han implorado y suplicado, han llorado ante su presencia. Y Ella ha escuchado todas y cada una de las peticiones que le hemos hecho, ofreciéndonos su aliento de Esperanza con la fidelidad que una madre hace con sus hijos.

Sentados en torno a Ella, dirigimos nuestra mirada a sus ojos, pues cuando la Esperanza nos habla, es imposible retirar la vista de su rostro moreno. Y nuestro corazón se ablanda como si la suavidad de sus manos lo estuviesen acariciando; nos sentimos abrigados y protegidos bajo el cobijo de su manto y así, recogidos en su regazo, rezamos el Santo Rosario con una solemnidad inédita. Y todo ello en presencia del Hijo, quien  atento desde la penumbra de su capilla, contempla Sentenciado como por Ella nos acercamos a Su Palabra. ¡Y es que es tan grande su bondad y su misericordia, que no le importa cederle su lugar por unos instantes!

La otra Madrugada, la que estás deseoso de iniciar y que te resignas a que concluya a pesar del cansancio, no es tan fácil de narrar. Es un sinfín de sentimientos que se acumulan a lo largo de las 12 o 14 horas de procesión y que pasan meses hasta que por fin soy capaz de ordenarlos en mi mente. Como costalero hay que salir a darlo todo, sabiendo compaginar el esfuerzo físico con el mental. No caben escusas, no vale arrugarse, hay que ir y estar con los cinco sentidos, sin dejarte llevar por las emociones – a veces cuesta y mucho – y teniendo siempre muy presente que la auténtica y verdadera protagonista es Ella.

Como cristiano, como cofrade, como macareno, son horas en las que prácticamente acaricio el cielo. Las calles están repletas de ángeles que la contemplan con la devoción que Ella solo merece. Desde el interior del paso llegan todos y cada uno de los sonidos que la madrugada del Viernes Santo nos ofrece. Sonidos que proceden de esos corazones que anhelan Esperanza, que ofrecen gratitud, que derraman lágrimas de dolor o felicidad… Sonidos del rachear de las zapatillas de unos costaleros que me protegen, que me miman, que me alivian y me animan. Sonidos de esas madres benditas, de mis Hermanitas de las Cruz, que no sé si rezan cantando o cantan rezando, pero que son capaces de traerme al presente a todos y cada uno de mis seres queridos que ya están junto a Ella en esa “otra carrera oficial” que a todos nos aguarda. Sonidos, en definitiva, que acompañan a este costalero hasta que entra el día… y de nuevo llegas a su barrio, donde sus vecinos se echan a la calle para recibirla en honor de multitudes, donde uno se siente abrumado por tantas y tan entrañables palabras y muestras de cariño. Pronto el palio cruzará el arco y a los sones del Carmen de Salteras, entonaremos su himno hasta traspasar la cancela que nos habrá de llevar a ese altar desde el que el Señor se convierte en alimento para nuestras almas en cada eucaristía.

Concluyo dando las gracias a “El Sentir Cofrade”,  blog que me acoge y me da la oportunidad de expresar mis sentimientos de Esperanza, y de un modo especial a la persona de José Antonio Rodríguez. Un abrazo macareno y mucha Esperanza para todos.



Si a Sevilla he de volver,
desde esta Castilla austera
que sea para agradecer
lo que por mi haces, Macarena



Ángel Hérnandez  Torres es un salmantino hermano y costalero de la Esperanza Macarena,agradezco que desde el primer minuto acogió con ilusión la participación en una sección de este humilde blog cofrade.
Así mismo Angel tiene un blog sobre sus vivencias Macarenas,la foto de la Esperanza Macarena es también suya.El Blog de Ángel es: