Como cada año por las fechas del Besamanos de la Esperanza
volvió a la Calle Pureza,la lejanía impedía que pudiera ver a la Virgen más
veces durante el año.
Atrás quedaron aquellos años en los que vivía en la Ciudad
de Sevilla y cada Madrugá de Viernes Santo acompañaba a su Señora durante su
Estación de Penitencia,emotivo era el paso por el Puente con los faros de los
buques iluminando al Palio de la Esperanza.
Eran tiempos de mucha necesidad,pero siempre estaba la
Virgen para atender las súplicas y
recibir las oraciones de las personas que allí acudían con fe.
Un día tuvo que partir con su marido al extranjero para
buscarse la vida pues la necesidad hizo que fuera la única solución que les
quedaba.
Partieron con mucha nostalgia y mucha pena de dejar atrás su
tierra y a sus seres queridos pero no les quedaba otra opción y hacia Alemania
partieron,llevando su devoción por la Esperanza en una foto.
En su nuevo destino a aquella foto la pusieron en un marco y
debajo del marco le pusieron una vela que era la Llama de la Esperanza,ante
ella invitaban a orar a las personas que su humilde casa en Alemania
visitaban,a los otros emigrantes españoles que trabajando allí también se
encontraban.
Llegaba la Madrugá de Viernes Santo y allí delante de la
imagen de la Virgen se ajuntaban para compartir sus experiencias y para en la
lejanía recordar el rostro moreno de la Esperanza Marinera.
Fue pasando el tiempo y fueron creciendo las familias,a las
nuevas generaciones a esos niños nacidos en otro país le fueron inculcando los
valores que trajeron de su Tierra,conforme iban creciendo más ganas tenían de
conocer a aquella imagen de la fotografía que tanto veneraban sus padres y así
fueron viniendo en Semana Santa para presenciar en persona la belleza de la
Esperanza.
Pero como el paso del tiempo es inexorable y aparte de las
alegrías trae los sufrimientos y las penas , las enfermedades,las muertes de
familiares,pero aún así siguieron poniendo aquella vela a la foto de la
Esperanza traída tanto tiempo atrás,ya que era Ella la que les daba fortaleza y
Esperanza para salir adelante en los momentos más duros.
Y allí estaba otra vez como cada año acompañada en su visita
anual por un hijo o por una nieta,con una fe tremenda , mientras esperaba en la
cola para besarle la mano .Y siempre llevando en su corazón la llama de la
Esperanza,esa llama y esa luz que siempre están para dar calor en los momentos
más fríos.
La historio enseña que por muy duro que sean los momentos
que vivimos y por más dificultades que tengamos siempre tenemos que tener
Esperanza y luchar por aquello que tanto queremos de una forma noble y
loable,sí así lo hacemos la Esperanza nos iluminará el camino a Puerto Seguro.
Texto Jara
Foto Jara
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