Antes de que
llegue la Festividad de Cristo Rey, en este mes de Noviembre del año de Murillo
volvamos siglo y medio en el tiempo para recordar lo vivido en un antiguo
Convento.
El 2 de Noviembre
de 1868 se obliga a exclaustrar la Casa Grande del Carmen de la Ciudad de
Sevilla, desde 1358 estaban allí los Padres Carmelitas.
Con anterioridad
en 1812, la Casa Grande fue saqueada por los invasores franceses , perdiendo la
Ciudad interesantes tesoros. En este lugar se encontraba la Virgen del Rosario
de Murillo.
Fue la Casa Grande
un lugar para las Hermandades, lo que hoy sería un templo cofrade de gran
influencia por el número de las mismas.
Entre sus muros ,
La Soledad, que tenía una Capilla propia, La Quinta Angustia, Las Siete Palabras
y también el Nazareno de la Hermandad de las Penas de San Vicente.
Asimismo se la
primera Hermandad del Carmen se encontraba en sus muros, era la del Santo
Escapulario, misterio mariano en el que la Virgen María entrega el Santo
Escapulario a San Simón Stock.
Todos estos
tesoros se encontraban en el lugar, además los Carmelitas tenían el Templo de
San Alberto que se encuentra en las cercanías de la Parroquia de San Isidoro.
Tras esta pequeña
pincelada histórica , invitar a darse una vuelta por la Antigua Casa Grande ,
que tiene entrada por las Calles Baños y Goles, contemplar sus claustros.
Luego pasear por
el Centro de Ciudad y visitar las
Parroquias de San Lorenzo , San Vicente y la Magdalena.
En la primera, La
Hermandad de la Soledad y la Virgen del Carmen de Alabastro son el recuerdo de
la Casa Grande.
En la de San
Vicente el Señor de las Penas y las Siete Palabras .
Por último en la
Magdalena es el lugar canónico dónde se refugió la Hermandad de la Quinta
Angustia.
Por último
invitar a visitar el templo del Buen Suceso, hoy casa carmelita, en él se
pueden encontrar tallas de un gran valor , como Santa Ana de Martínez Montañés
, o San Alberto y Santa Teresa de Jesús de Alonso Cano.
Sirva este
pequeño paseo para hacer una reflexión sobre lo que se perdió con la
exclaustración de hace siglo y medio.
Texto Jara
Foto Jara