Ante la Morada de
Grandeza
por vez primera
llegó,
sus labios con
delicadeza
el pie bendito
besó.
Era el hermoso
momento
que llevaba la
tarde esperando,
la flor del
sentimiento
en su corazón
había brotado.
A horas de distancia
San Lorenzo de su
Villa,
de fe traía
fragancia
para el Señor de
Sevilla.
Una hermosa
devoción florece
y lo hace con
solera,
su mirada bella
resplandece
de forma pura y
verdadera.
Así Señor del
Gran Poder,
con fe a tu casa
venía.
Ella por fin te
pudo ver
y recordará
siempre ese día.
Foto Manuel Antonio Rodríguez Madrigal
Texto José Antonio Rodríguez Ángel
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