martes, 16 de agosto de 2016

El milagro obrado



La peste sin piedad
la zona costera atacaba,
dejando la soledad
allá por donde pasaba.

Estragos en el marquesado
esta enfermedad creaba,
un milagro obrado,
a su cabecera no llegaba.

Se salvó Gibraleón
de trágicos momentos,
a San Roque Patrón
se hace en agradecimiento.

Una imagen para devoción
a un gran maestro artesano
se encarga con ilusión
para el caserío panturrano.

Así es la historia
de la Villa y su Patrón,
aún en la memoria
aquel Santo de Gibraleón.


 Texto Jara

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