Dios te Salve ,
Reina de Santiago,
amada Madre de
los Dolores,
vida y dulzura
olontense.
Dios Te Salve.
De lágrimas un
río,
entre Buena
Muerte y Cristo Yacente,
en el que suspira con
poderío
la antigua villa
olontense,
postrándose con
ante tu señorío
con cariño sus
gentes.
Hermosa abogada y
protectora
vuelve a Gibraleón
tus ojos misericordiosos,
bendita y dulce
Señora,
muestra a tu
pueblo piadoso
que con devoción
te ora,
a Jesús, de tu vientre el fruto glorioso.
Oh piadosa y
clemente Virgen María,
oh Madre de Dios
Bendita,
Celestial Reina
Servita,
ruega por
nosotros con tu amor
para que a las
promesas de nuestro Señor
lleguemos junto a
ti, Madre de los Dolores, ese día.
A la Virgen de los Dolores, Reina de Santiago en su LXXV aniversario de la su llegada a Gibraleón.
Texto Jara
Foto Jara
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