Calles con nombres de toreros
por donde
discurre el rosario,
tarde en un
barrio obrero
que contempla su
relicario.
Bloques de altas
viviendas
pétalos caen de
sus balcones,
la Virgen
discurre por su senda
entre un río de
oraciones.
Es una estampa
bella
con voces de
campanilleros,
salen ya las
estrellas
que brillan con
mucho esmero.
Se ven las
luminarias
que iluminan su
recorrido,
se oyen de fondo
plegarias,
se cuentan
momentos vividos.
En la estación
otoñal,
San Pablo vive
momentos hermosos,
una tarde muy
especial
junto a su Madre del Rosario Doloroso.Texto Jara
Foto Jara
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