Tarde noche
cuaresmal,
el Señor bajó de
su altar,
el pueblo pudo
contemplar
este momento
especial.
La antigua
Capilla Conventual,
hoy en Iglesia
convertida,
se llenó de vida
y de aroma
primaveral.
Aroma primaveral de azahar
que al Alto del
Carmen lleva,
plegaria del
corazón que se eleva
hasta tu rostro
encontrar.
La Madre en su
Soledad
esperando al Hijo
Crucificado,
del tiempo soñado
se nota ya la
proximidad.
La Bajada ya es
tradición,
el Señor de la Sangre y Gibraleón,
acto de gran
devoción
en el preludio de
la Pasión.
Texto Jara
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