Mañana llena de
melancolía,
el Lunes Santo ha
llegado,
de San Pablo el
gran día
sin duda el más
esperado.
No habrá túnicas
nazarenas,
no habrá nervios
y prisas,
es muy grande la
pena
que apaga las
sonrisas.
Pero sigue la devoción
tras los balcones
engalanados
y se reza con el corazón
a Jesús Cautivo y
Rescatado.
Él tiene
mirada de Esperanza,
Él en nuestro
pensamiento,
Él recibe
nuestras alabanzas,
nuestras
oraciones y sentimientos.
Allí en Pedro
Romero
habita nuestra
alegría,
recemos con
corazón sincero
para notar su
cercanía.
Texto y Foto JanRoc
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