Hermosa es la
querencia
que guía nuestros
pasos,
disfrutar de tu
presencia
del amanecer al
ocaso.
Hasta aquí llega el camino,
lleno de juncia y
romero,
hasta aquí llega
el peregrino
de corazón
rociero.
Es momento de
oración,
de Salve y Ave
María,
es momento de
devoción
ante la Fuente de
la Alegría.
Las promesas y
peticiones,
el lubricán de
luminarias,
cuán grande las
emociones
que hay en las
plegarias.
Es tu Rostro
Celestial,
Rocío , Bendita
Señora,
Luz cristalina e inmemorial
de una nueva
aurora.
Texto/Foto ; JanRoc
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