Despertarían
marismas y esteros
esa jornada
estival
al cantar los campanilleros
a la Madre
Celestial.
De su Santuario
saldría
la Virgen
Chiquita,
por el Conquero
caminaría
esa mañana tan
bonita.
Los árboles
centenarios
testigos serían
del momento,
de un caminar,
lleno de fe y
sentimiento.
La ciudad al
encuentro
va de su Patrona
que se acerca al
Centro
en un amanecer
que emociona.
Llegaría desde el
Conquero
bajo un sol
luminoso,
la Patrona del
Choquero
en ese domingo
Glorioso.
Foto y texto; Jara/Janroc
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