Tiempo de
reflexión,
de perdón de
pecados,
a través de
confesión
estos quedan
perdonados.
Tiempo para la
caridad
con quien lo
necesita,
tiempo donde la
humildad
debe ser gracia
infinita.
Tiempo para la
oración,
para elevar la
plegaria,
para leer con
devoción
la lectura
diaria.
Tiempo de ayuno y
clemencia,
de retiros
solitarios,
de hacer alguna
abstinencia
para ser más
solidarios.
Es ya tiempo
cuaresmal,
el tiempo de
preparación,
que tendrá su
gran final
en la Pasión, Muerte y Resurrección.
Texto y Foto; JanRoc
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