Fue un día de
esplendor
allende del
Tamarguillo,
en los rostros el
fulgor,
en las miradas el
brillo.
Dos miradas color
esmeralda
avanzaban por
Pedro Romero,
por vez primera
la Giralda
buscarían con
mucho esmero.
Largo era el
caminar
de la Hermandad
en Cofradía,
el cortejo se
puso a andar
bajo el sol del
mediodía.
En el camino la
ilusión
de lo que se
había conseguido,
en ese avanzar, con corazón,
Sevilla sentía
los latidos.
Fue con mucho
empeño
y la Fe de mucha
gente.
Gracias a Ellos, el Sueño,
se consiguió plenamente.
Imagen: Ángeles Ángel/ Archivo JanRoc
Texto; JanRoc
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