Recuerde
el alma dormida,
avive
el seso y despierte
contemplando
cómo
se pasa la vida,
cómo
se viene la muerte
tan
callando,
cuán
presto se va el placer,
cómo,
después de acordado,
da
dolor;
cómo,
a nuestro parecer,
cualquiera
tiempo pasado
fue
mejor.
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