Cincuentenario
del Resurgir,
con, fuerza de la
devoción.
Comienzo de un
nuevo existir
tras una emotiva
bendición.
Un Domingo de
primavera
así lo quiso el Cielo.
Domingo de Ramos
era
cuando volvió el
consuelo.
Es de Triana la
Señorita
como el Ave
legendaria.
La Madre de Dios
Bendita
recibe en la
soledad una plegaria.
Se reza con
emoción
ante rostro tan
hermoso.
Patrocinio lleva
en el Corazón
el recuerdo
luctuoso.
Pero como su Hijo
Amado
Ella la Resurrección pregona.
En la Cava tiene
hado
y el Cielo la
Corona.
La Madre del
Cachorro
Dios que en
Triana expira.
Patrocinio es
dulce socorro.
Por Ella, Triana
suspira.
Imagen y Texto; JanRoc
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