El Puerto del
Terrón
ve llegar a los
romeros,
que caminan con
devoción
entre los campos
leperos.
Sueños del Río y
del Mar
por la flecha
separados.
La Marisma se va
a engalanar
en estos días
señalados.
Son mecidas las
barquitas
por una suave
brisa.
La Virgen bendita
su antigua casa
divisa.
Las ruinas del
convento
se llenan de
alegría.
Porque llega el
momento
de celebrar la
romería.
La Virgen de la
Bella,
en este mayo
florido,
un cielo de
estrellas
a Lepe ha ofrecido.
Imagen; Manuel Antonio Rodríguez Madrigal
Texto; JanRoc
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