Juan de Mesa y su
Obra Cumbre.
La Plaza, su
rutina diaria.
Apretará el Sol
su lumbre
y quedará la
Plaza solitaria.
La Torre del
Templo Parroquial.
El Reloj las
horas va marcando.
El fuerte calor
estival
las calles va
tomando.
Pocos árboles
antiguos, pocos vecinos.
Vacía va quedando
la Collación
con la gentrificación
de la Ciudad.
Al menos allí
vive la devoción.
El Señor del Gran
Poder,
el vecino más
legendario,
que recibe un gran
querer
de Sevilla a
diario.
La Plaza de San Lorenzo.
Dulce Nombre de
la Soledad.
Alfa y Omega. Fin
y comienzo
de la Pasión de
la Ciudad.
Foto; Estrella Sáncez Medrano
Texto; JanRoc
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