Dios te salve, Soledad,
Dolorosa del Carmelo.
En tu rostro la Amargura,
Reina y Madre del Cielo.
A las puertas del Convento,
en el Calvario Carmelita,
a ti llama nuestro lamento
Madre de Dios Bendita.
De tu vientre, es
cosecha gloriosa,
Dios clavado en el madero.
Tu mirada misericordiosa
nos ilumina en el sendero.
¡ Oh, clementísima dulzura!
¡ Oh,
Soledad panturrana!
Protégenos, cuando lleguen desventuras,
bondadosa Niña de Santa Ana.
Y por la Sangre de tu Hijo
ruega
por nosotros, Virgen María,
para
que las promesas de Cristo
logremos
alcanzar algún día.
En
Gibraleón a 11 de Noviembre de 2023
Texto y Fotografías; JanRoc
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