Para que brote en el suelo
una cosecha divina.
San Isidro pide al cielo
una lluvia cristalina.
Que lleguen con el viento
nubes y precipitaciones.
Que rieguen con sentimiento
todas las plantaciones.
Que se aleje la sequía
en embalses y pozos
que una alta pluviometría
llene la tierra de gozo.
Entre girasoles y trigales
y multitud de olivos.
Qué se vayan los males
y se vea un campo vivo.
A San Isidro Labrador,
Patrón de los agricultores,
se le pide con fervor
por los frutos y las flores.
Texto e Imagen; JanRoc
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