El Espíritu Divino
ha bajado desde el cielo.
Nos busca en el camino
para entregarnos el consuelo.
Viene a habitar nuestra alma
tras el agua del bautizo.
En el duelo es calma,
es la cura del chamizo.
Es la Luz brillante santa
de virtud enriquecedora.
Dulce melodía que se canta
jornada de pentecostés soñadora.
Para el alma enferma sanación,
el espíritu del señor
que ilumina el corazón
aún en días de dolor.
El Paráclito ha llegado
para acompañarnos en el sendero.
Para guiarnos ha sido enviado
por él único Dios Verdadero.
Texto; JanRoc
Pintura; Pentecostés. Zurbarán. Museo de Cadiz
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