La Estampa

Le llegó aquel día a sus manos una estampa de una Virgen preciosa,en ella ponía el recordatorio de la imagen mariana que representaba y una oración en su parte trasera la parroquia y la Hermandad a la que pertenecía.
En esos días su vida estaba dando un giro para mal,se encontraba con una enfermedad y para colmo la persecución que estaba sufriendo en el trabajo le estaba sumiendo en una depresión de la cual le era muy complicado salir.
Le llegó aquella estampita aquella tarde y por la noche antes de acostarse se puso a rezar la oración que venía en el dorso, parecía que iba a la cama mas reconfortado.
Si bien es cierto que no había grandes avances si que notaba una mejora en su vida espiritual y que se encontraba más animado, volvía a charlar con su gente y empezaba a desaparecer de su vida la dureza y la tosquedad con la que trataba a sus personas más cercanas.
Todo había ocurrido aquella semana el jefe le ninguneaba y le ponía en ridículo en su trabajo,pero esa mala leche que le gastaban luego el mismo lo pagaba con sus eres queridos.
El último día de la semana una compañera le trajo una estampita.
-Mira seguro que te viene bien-le dijo.
-No creo en las personas,¿cómo voy a creer en los Santos y en las Vírgenes?-le respondió él de forma áspera
Su compañera de trabajo salió llorando de allí.
Durante su camino de vuelta a casa estuvo reflexionando y en la parada del autobús estuvo contemplando el rostro de aquella imagen que le habían entregado minutos antes,en un principio pensó en tirarla,él ya no creía en nada pero por respeto a aquella compañera decidió que la guardaría en su cartera.
Por la tarde volvió a ver la estampa,había escuchado en su escalera que personas que se encontraban mal se agarraban a una capillita de la Virgen del Carmen que iba de casa en casa,no fue a pedir esa Virgen por temor a que dirían pero observó de nuevo el rostro sereno de la imagen y quiso verla personalmente.
Aquella primavera en las vacaciones de Semana Santa bajo a ver una procesión un Vienes Santo,la puerta de aquella capilla estaba a rebozar hacía un rato que había salido el Cristo de la Expiración,aquél al que su Barrio y el resto de las personas llamaban El Cachorro,asomaba el palio y de repente su mirada se encontró con aquel rostro que estaba en la estampa que tenía la oración por detrás.
Era la primera vez que la veía y quedó cautivado de su hermosura,la Virgen del Patrocinio hacía por vez primera su estación de penitencia,siguiendo a su hijo clavado en la cruz,comprobó como en su rostro ni una lágrima.
-su hijo está expirando pero nunca morira-le dijo alguien desde atrás-y ella ha vuelto a su casa,nos abandonó pero ha vuelto aún mas hermosa,nunca perdimos la fe en que regresaría a su templo.
El hombre escuchó la historia de aquel desgraciado incendio un día de febrero,de cómo el barrio lloró a la conocida como la Señorita de Triana y de cómo poco tiempo después el Cachorro volvía a tener a su Madre a sus pies.
Una vez oída la Historia volvió a encontrarse con la Virgen del Patrocinio,sabiendo ya que en su interior llevaba a la antigua imagen, y comprendio una cosa que la fe es junto con la Esperanza lo último que debe perderse.
Comprendió entonces lo de la capillita que iba de casa en casa,comprendió muchas cosas,el Cristiano cuando necesita ayuda se reconforta en su Fe, en el camino que Cristo nos ha enseñado,en las imágenes que lo representa, como aquel Barrio y aquella Hermandad que nunca perdió la fe en recuperar a su Madre volvió a su ciudad.
Y él primer día de trabajo le dio a la persona que le había dado la estampa un obsequio.
Era la medalla de la Hermandad del Cachorro,hermandad que le había hecho recuperar su fe.

Como este hombre muchas veces caminamos errantes por la vida,muchas veces necesitamos el ser confortados,los Cristianos tenemos a nuestro Señor ya su bendita Madre.
Vaya como homenaje a la Hermandad del Cachorro,que en aquellos duros días supo luchar por recuperar lo que el fuego le arrebató,dándonos un ejemplo de lucha contra las adversidades y de bondad.
Texto Jara
Foto Jara