Siente el corazón madrileño
a una hermosa azucena,
tiene un bello sueño
con su Virgen Macarena.
Una devoción con solera
vino llena de añoranza,
llegó del sur la primavera
vestida de verde Esperanza.
Tan cerca y tan lejos,
Santa Cruz su bendición vio,
estampas y momentos añejos,
un gran recuerdo allí quedo.
Hoy en la antigua Catedral,
el Señor del Gran Poder,
junto a su Madre Celestial
nos transmiten su querer.
Y la Luna reluciente brilla
sobre la Calle Mayor,
cuando recorre la Villa
la más hermosa Flor.
Texto Jara
Foto Jara
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