¡Dios te Salve Reina y Señora,
cuán grande tu ternura Madre
Nuestra!
¡ Dios te Salve Celestial
protectora,
Madre de Padre Jesús bendita,
que nos cuidas a todas horas,
con tu amor de dulzura infinita!
A ti llorando te suplicamos
en este inmenso rio de lágrimas,
a ti con cariño rezamos
para que seas seguro Vado
por donde con paso firme
las aguas tristes y oscuras
cruzamos.
Así cuando estemos en tu orilla
vuélvenos tu mirada
misericordiosa,
enseñándonos el fruto bendito de
tu vientre,
Jesús el Nazareno, bendita
maravilla
que recorre las calles
olontenses.
¡ Oh piadosa y dulce Virgen
María,
Dolores, Santa Madre de Dios!
Sé, Celestial Señora, Nuestra
Guía,
que a las promesas de Nuestro
Señor,
con todo tu cariño nos lleves un
día.
Foto Jose María Ponce
Texto José Antonio Rodríguez Ángel.
No hay comentarios:
Publicar un comentario