Viendo la Matanza de los Inocentes de Rubens y ponerse a pensar cuantos inocentes hay hoy en día.
Inocentes Cristianos pierden sus vidas por persecuciones religiosas.
Inocentes los refugiados que tienen que huir de sus casas por el fanatismo, dejando atrás toda su vida.
Inocentes aquellos a los que desahucian mientras otros ganan miles de millones de euros.
Inocentes aquellos a los que una deslocalización de empresas dejó sin poder trabajar, llevando tristeza a familias e incluso pueblos enteros.
Inocentes aquellos niños a los que sus padres no podrán dar un regalo de reyes porque apenas tienen para comer.
Inocentes los abuelos a los que nadie visita, ellos que tanto dieron para encontrarse luego en esta situación.
Inocentes aquellos que tienen sin haber hecho nada que vivir bajo unos cartones sobreviviendo como buenamente pueden.
Y muchos cosas más, la lista sería interminable, y ahora volvamos a la gran obra de Rubens y hagámonos la pregunta de que si estamos mejor que hace dos mil años.
A lo mejor en lo que económico sólo podemos aportar un pequeño granito de arena, pero no todo debe ser materialismo y hay acciones que desde el corazón pueden dar mucho más a la sociedad, acciones que nos hagan el regalo más grande que podamos tener, la satisfacción de haber puesto una sonrisa en el rostro de un inocente. Ese es el mejor regalo para estas fechas y para cualquier día del año.
Texto Jara
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