Infinita es la
dulzura
de Santa Ana con
María,
la cuida con
ternura
con ilusión y
alegría.
Le enseña los
valores,
de respeto y la
educación,
homenaje a los
mayores
con todo el
corazón.
El camino de la
vida
la voz de la
experiencia,
la senda ya recorrida
enseñó ya la
sapiencia.
La niña, su
mirada
atenta al rostro
maternal,
donde levemente
marcada
hay una sonrisa
celestial.
Grande es el
sentimiento
de la Madre a la
Hija,
con que gran sentimiento
Santa Ana a María
cobija.
Texto Jara
Foto Jara
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