Una tarde
navideña,
una tranquila
oración,
en la aldea
almonteña
se reza con
devoción.
En silencio Doñana,
la marisma en
calma,
paz interior
cercana
que llega al
alma.
En la blanca
Ermita,
con fe los peregrinos,
rezan a la Virgen
bendita
para que ilumine
el camino.
Tras el rezo las
velas
en la capilla
votiva,
allí unas abuelas
cuentan sus
rogativas.
Tranquilidad en
el Rocío
que invita a
meditar,
tras la reja el
poderío
de la Señora del
lugar.
Texto Jara
Foto Jara
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