El escapulario
fue entregado
por la celestial
Señora
a San Simón, que
arrodillado,
esperaba su
acción protectora.
Sol en el
firmamento,
las olas en el
mar,
el corazón va
contento
continuando su
caminar.
Quitó la Virgen
el temor
que tenía aquel
carmelita,
la aparición de
su Flor
le dio fuerzas
infinitas.
Blanco era el
manto
de la Virgen
María,
blanco es su
encanto
que nos colma de
alegría.
El Escapulario y
el Niño
los símbolos del
Carmelo,
símbolos de
devoción y cariño
a la Reina del
Cielo.
Texto Jara
Foto Jara
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