Del Universo, el
Soberano
que perdona los
pecados,
cojámonos de su
mano
y caminemos a su
lado.
Rey sin palacio
real
y sin grandes
riquezas.
Es gobernante
celestial
con tacto y
delicadeza.
Monarca sin un
territorio
que nos llega al
corazón.
Su camino, que es
notorio,
son la fe y la
devoción.
Su mayor
patrimonio
no son tesoros
preciosos,
son hechos que
dan testimonio
de momentos
gloriosos.
Es la Universal
Majestad,
Cristo nuestro
Señor.
El Dios de la
verdad,
del perdón y del
amor.
Texto y Foto; JanRoc
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