Más de tres años
pasaron
desde las últimas
caricias.
Muchas lágrimas
se derramaron
y hoy llegaron
las albricias.
De nuevo volver a
tocar
a la Divina
Madera.
De nuevo poder
besar
esa imagen de
tanta solera.
Fue un Viernes
del Señor,
no podía ser de
otra manera,
cuando una fiel
con amor
acercó su mano
sincera.
La mano sobre el
talón
del Médico de San
Lorenzo.
La felicidad en
el corazón
tras ese nuevo
comienzo.
Tras mucha
melancolía,
tras muchas
lágrimas verter.
Llegó por fin el
gran día
de acariciar al
Gran Poder.
Imagen; Estrella Sánchez Medrano
Texto; JanRoc
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