viernes, 9 de julio de 2010

Su Viernes en San Lorenzo


Como cada mañana de Viernes Dolores se despierta más temprano que el resto de los días,se prepara su desayuno y sale bien temprano a la calle.
Aprovecha para comprar el pan dejarlo en su casa y coger un autobús de línea que le deje en el Centro.
Hay que cumplir con el ritual aquel que le enseñaron su abuela y su madre,aquel que se mantiene desde el tiempo inmemorial la Visita al Carpintero de San Lorenzo.
Mientras paseaba a primeras horas de la mañana por la Plaza del Duque la añoranza de aquellas Casas Palacios que un día allí existieron y que hoy se espacio estaba ocupado por un centro comercial,aquella Sevilla que se fue y la línea del tiempo que nos va llevando de punta a punta.
Son muchos los recuerdos en la Plaza de la Gavidia y la Calle Dos de Mayo,recuerdos más bien cercanos de la estancia del Señor y su Bendita Madre en el Convento de Santa Rosalía en compañía de las monjitas,dicen que un día alguien renegó de Jesús del Gran Poder y este fue a visitarlo a su casa ya que esta persona no iba a San Lorenzo,pero el Señor es misericorde y se acordó de aquellas Hermanas cuya casa está en mal Estado material y que necesita una restauración el Convento,pues con Ellas estuvo el Señor un tiempo y allí lo iban a visitar cada viernes personas como Dolores,allí le elevaban sus plegarias y hablaban con Él.
Siguió caminando y ya estaba en la Plaza de San Lorenzo con sus árboles de gran porte y con azulejos recordando a los visitantes de la Plaza quien reside en ella.
Antes de entrar en la Basílica del Señor entro en la Parroquia que da nombre al lugar,y se dirigió a la primera capilla a mano izquierda conforme se entra, allí se encuentran hoy en día las imágenes de la Hermandad del Dulce Nombre,pero allí hoy en día sigue la estela de quien moró aquella capilla,en ese lugar era donde Dolores lo había visto por vez primera,en ese lugar le había rezado bastantes veces,en el recuerdo quedaban los momentos cuando la Hermandad decidió buscarle un nuevo hogar al Señor y se dijo que tenía que ser cerca de la que había sido su casa toda la vida.
Salió de nuevo a la calle el calor empezaba a apretar y ahora sí entró en la Basílica y allí se encontró con el gesto de admiración del pequeño que hoy le acompañaba
-Abuela ¿este es el Gran Poder?,¡que grande es¡,-dijo entre fascinado y algo asustado el pequeño al encontrarse con la inmensa imagen presidiendo la Basílica desde su entrada
-Si Jesús,la imagen que tienes mirándote en este momento es Aquel al que tanta gente venera.
Cogió la mano del niño y la apretó muy fuerte se dirigieron hacia la planta circular y se sentaron en un banco,allí estuvieron orando un rato,allí Ella le contó las cosas de la semana y le rogó por los demás.
Luego fueron a besarle el pie Dolores se acordó del tablón en el que están las suplicas y los agradecimientos al Señor,un día puso uno allí,su marido acababa de morir y su hija decían los médicos que no tendría descendencia,durante muchas mañanas fue a suplicarle,eran unos viernes muy duros,pero el milagro se obró y un día su Hija se quedó embarazada y tuvo un niño al que le pusieron Jesús.
Hoy Dolores miraba fascinada al pequeño mientras este besaba el pie del Cristo,se cumplían varios sueños,llevar a su nieto a San Lorenzo y poder vivirlo.
Ala salida de la Basílica le dijo al niño
-¡cuando seas mayor me gustaría que con los tuyos hicieras lo mismo¡
La tradición del viernes en San Lorenzo,aquella que se hereda de Padres a Hijos,de abuelas a nietos,pero que siempre está ahí y que nunca debe perderse.Jesús del Gran Poder siempre tiene el templo abierto y siempre está para escuchar nuestros ruegos y súplicas,la Divina Madera que tallara Juan de Mesa y que encarna al Hijo de Dios.
Que nunca se pierdan los Viernes en San Lorenzo,pues son parte de nuestras vidas y que sean parte de las vidas de quienes nos sigan
Cuantos nos identificaremos con esta historia seguramente,cuantos recordaremos la primera vez que lo vimos y le besamos su sagrado pie

Texto Jara
Foto Jose Maria Garrido,al que le estoy totralmente agradecido por esta magnífica instatánea del señor De Sevilla

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