jueves, 15 de agosto de 2013

Una devoción de Padres a Hijos






La procesión de la Virgen de los Reyes es el culto principal de los que se celebra en Honor de la Patrona de Sevilla, pero la novena y los besamanos nos dejan también hermosas estampas dignas de contemplar.
La historia que traemos hoy se produjo el día 4 de agosto cuando una persona tras acudir a misa en el Buen Suceso y saludar a los Padres Carmelitas se dirigió hacia la Santa Iglesia Catedral para acudir por vez primera al besamanos de la Virgen de los Reyes, la cola llegaba desde el interior de la Catedral, a la que se accedía por la Puerta de Palos hasta la Fuente de la Plaza.
En el momento que se pone en la cola y sin darse cuenta una persona conocida llega con su hijo pequeño en el Carrito, la casualidad hacen que se encuentren y se pongan en la cola justo en el mismo momento, el Padre quiere sacarle a su hijo una foto justo en el momento en que el pequeño esté delante de la Virgen, será entonces el bautizo del pequeño Leandro en los besamanos de la Virgen.
Se accede a la Catedral y el niño algo inquieto tiene ganas de quitarse los zapatos, casi lo consigue, la cola avanza rápido el Padre coge a su hijo en brazos y camina los últimos metros.
Llega el momento, pero la persona que lleva la Cámara tiene que volverla a encender tras apagarse esta de forma automática, la enciende y es entonces cuando capta la estampa del pequeño extendiendo su bracito hasta la mano de la Virgen, es el momento en el que se pasa una devoción de Padre a Hijo.
La estampa se ha sacado y van saliendo de la Catedral, las Estrellas empiezan a iluminar el cielo de Sevilla , la Giralda luce imponente y soberana, hermoso cuadro para dar un paseo antes de volver a casa..
Leandro sigue jugando con el zapato, ahora no lo sabe pero cuando pasen los años y vea la foto comprobará que es un momento especial, el momento del inicio de una devoción que transmitida de generación en generación perdura en la memoria de los tiempos.
Puede que algún día Leandro recite este poema:

                                    Mi Padre me llevó
                                    un día a un besamanos
                                    a ella me presentó
                                    mientras yo acariciaba su mano.

 Valga la historia del pequeño Leandro para hacer ver como la devoción se va transmitiendo y como desde pequeño gracias a  las familias tenemos el inicio en una devoción y unos valores tan necesitados hoy en día.
Agradecer a Juanma, a Rosario y a Estrella el permiso para la fotografía,  la verdad esta estampa es el inicio de algo muy hermoso que debemos tener en cuenta.

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